La reunión de nuestro departamento se convirtió en una clase magistral de la alumna más aventajada, que nos enseñó cómo coger las agujas y comenzar a tejer.
Y en la tutoría, pasó lo mismo, dándonos cuenta que nuestros alumnos aprendían mucho mejor que nosotros. ¡La verdad es que son todos unos maestros!
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